15 de abril de 2012

I tear my heart open just to feel [YabuHika / Drabble]

: Pensé que ya lo había subido D:
: Nada ._.
: assdsd (?)






Nombre: I tear my heart open just to feel 
Autora: Uebo Hime
Pareja: YabuHika
Formato: Drabble (582 palabras)


Dedicado a AiAi ♥ Porque sé que le gusta este pairing, y a modo de disculpa (?) aunque se supone que todo está disculpado (I think)... Te amito♥♥




I TEAR MY HEART OPEN JUST TO FEEL






No sabía que pasaba por su mente, no sabía nada. Sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro. Giraban en muchos sentidos, no podían dejar de moverse. Agitaba sus manos, pero estaba atado, imposible de soltarse, debido a la camisa de fuerza que portaba.

Gritó, pero nadie pareció escucharlo. Agitó su cabeza, quería alejar esos pensamientos, quería sacarlos fuera. Lo perturbaban, no lo dejaban vivir. Así fue como llegó aquí, gracias al deseo de querer morir sin su amado, lo atormentaba el no tenerlo.
Pero sabía que él no iba a volver y eso era lo que más dolía. Eso era lo que hacía que aquellos deseos sean cada vez más fuertes.

Él no concebía una vida sin él. Era imposible vivir pensando en lo que podría haber pasado, si le hubiera dicho “Te amo”. Si se hubiera dado cuenta de que de verdad quería amarlo. Si no hubiese tenido miedo.

Miedo es una palabra que siempre lo asustó valga la redundancia. Pero sí, lo tuvo… Y sin darse cuenta luego lo tuvo más cuando lo vio morir en aquella cama de hospital. ¿Por qué no le había dicho? ¿Por qué justo él tenía que estar enfermo? ¿Por qué el cáncer lo destruyó sin que él se diera cuenta? Su amor se había ido, su vida, su todo.


Y ahora estaba solo, encerrado como un loco. Es que lo estaba, desde que sintió su ausencia todo fue una locura.


Dejó de comer, dejó de salir, no atendió los llamados de su familia, no le abrió la puerta de su departamento a su madre.


Se acercó a la pared de la habitación y golpeó su cabeza contra ésta incontables veces. La golpeaba fuertemente pero nada pasaba, estás eran acolchadas y no le hacían daño.



Gimió de dolor, pero no por el golpe, sino por la frustración.
Quería estar con él, quería que donde fuera que él estuviera pudiera besarlo.
Quería demostrarle que lo amaba, que lo que él quería era su amor y no solo sexo.

Necesitaba sentir su cuerpo otra vez, rozarlo con sus dedos, hacerlo gemir.


Necesitaba decirle “te amo”.

Lloró y lo hizo como nunca antes, hasta que sus ojos se secaron y dejó de respirar.
Respirar no era necesario si él no estaba a su lado.


Murió de tristeza.


Sus manos se encontraron en algún lejano lugar. Los colores eran claros, se sentía tan bien estar ahí. Junto a él. Lo abrazó y comenzó a llorar bajito.

Le besó las mejillas y luego dio un pequeño beso en sus labios.

— Siento no haberte dicho “Te amo” —dijo el recién llegado. El menor agitó la cabeza negando con una sonrisa.
— Ya estás aquí, has venido por mí —le dijo tranquilo, apacible.
— ¿No crees que ha sido un poco tarde? —le murmuró entre sollozos.
— No lo creo, ahora sí podemos decir que nos amaremos por toda la eternidad —le acarició los cabellos—. Ahora ni la muerte podrá separarnos.
— Te amo Hikka —le dijo dejando más lágrimas caer. Su amado las secó.
— Yo también Kota —le dijo con una sonrisa y rió suavemente abrazándolo.


¿Dejar de respirar por amor es una locura? ¿Dejarse morir por amor es una locura? No si la persona vale la pena. No si sabes que nada sería lo mismo sin aquella persona. Y principalmente no es una locura, si estás destinado a estar por siempre entre las 4 paredes de un hospital completamente loco de amor.





1 de abril de 2012

Kill. Smile. [YabuHika / Drabble]

: No sé por qué me inspiró una pareja que no me agrada en plan romántico... xD
: Mukouki ~ Yamashita Tomohisa ♥
: Frío, calor, frío, calor ewe






Nombre: Kill. Smile.
Autora: Uebo Hime
Pareja: YabuHika
Formato: Drabble (537 palabras)


Ya que le gusta tanto, dedicado a mi CarolCaracol (?)♥ Te amito cosa ♥ En fin... lo piden lo tienen (?)


KILL. SMILE.







Me desperté sonriente, deseando verlo con todas mis fuerzas. Sonreí viendo ese elemento plateado en mis manos, brillante, reluciente. Tomé un elemento del mismo color mirando aquella inscripción que rezaba “until the end” y lo coloqué en mi dedo anular, para luego contemplarlo en todas las direcciones posibles. Coloqué el otro elemento en el bolsillo de mi chaqueta y relamí mis labios, sintiendo aquella sed que es imposible de saciar con agua.


Y los cuestionamientos llegaban a mi mente.

¿Lo haría?

¿Estaba seguro de querer hacerlo?

¿De verdad prefería caer tan bajo?

¿De verdad lo amaba?

Si lo amaba, ¿porque quería acabar con todo?


Apreté mis puños fuertemente. Tenía que hacerlo, debía hacerlo.

Estaba cansado, cansado de ser el que siempre soportaba el dolor, ser el otro, el que siempre tenía que ceder, el que tenía que soportar cada beso suyo con aquella mujer. Y yo lo amaba. Realmente lo hacía.


Pero ya no más. No iba a dejar que jugara conmigo. No iba a dejar que me hiciera gemir y las dos horas hiciera lo mismo con ella, no podía soportarlo.

Caminé las 30 cuadras que me alejaban de él a paso lento, demasiado lento.

Mis manos temblaban, esperaba que en ese momento no lo hicieran, ¿o si? No estaba seguro, pero... debía,… o eso creía.


Mientras caminaba aquellas cuadras empezó a llover fuertemente, mucho, a tal punto de estar empapado habiendo solo caminado la mitad de las cuadras.

Llegue y entré por la ventana, me conocía la casa de memoria. Sobre todo su habitación, la mesada de la cocina, el sillón y la ducha. Y sí, me refiero a lo que están pensando.


La casa tenía las luces apagadas, eran las 3 AM. Subí sigiloso las escaleras, apenas si se escuchaba mi respiración. Recorrí el largo pasillo hasta la puerta de su habitación, la cual estaba entre abierta. Estaba solo.

Me acosté a su lado, y me acerqué a su oído.


— Yabu —susurré mordiendo luego su oído.
— ¿Hikaru? —preguntó removiéndose entre las sábanas.
— Te extrañaba —lo miré un tanto cínico.
— ¿Uhm? ¿Si? —dijo restándole importancia a mi cariño como siempre.

Pero esta vez sería tan diferente.

— Siempre tan cariñoso —dije despectivamente.
— No empieces con los reclamos —dijo ofuscado.
— Bla bla bla —esa vez estaba enojado, demasiado enojado— Ya me cansé de ser la otra —escupí en su cara— Ya basta, no soporto más amarte y que me rechaces todo el tiempo —golpeé el respaldo de la cama— Intenté olvidarte y no pude, ya no más Kota —susurré— Ya no más —las lagrimas comenzaron a salir y ya era hora.


Tomé el cuchillo plateado y filoso de mi chaqueta y lo clave directo a su corazón, dio un respiro fuerte y un grito agudo, para luego dejar las respiraciones como parte del pasado.


— Te amo, y lo siento pero no podía soportarlo más —susurré para luego besar sus fríos labios.


Quité mi anillo y lo coloqué sobre su fría mano, cerrando su puño.


El tiempo ha pasado, 20 años de condena. ¿Y saben qué? No me interesa. De todas formas lo perdí. De todas formas jamás sería mío.

Y se siente dulce, realmente dulce.
Porque como él decía…


“La venganza es dulce”.







 
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