21 de marzo de 2012

Pictures [YumaShori / Drabble]

: sadsadda
: Nada D:
: asdsadas FAIL (?)





Nombre: Pictures
Autora: Uebo Hime
Pareja: YumaShori
Formato: Drabble (393 palabras)

Este fail (?) va dedicado a Carol~ Espero que este fail no sea tan fail (?) y que seas feliz con él (?).
Te quiero♥


PICTURES






Admiración era una palabra que no lograba llenar aquel sentimiento. Su corazón le decía que había algo más que hacía que se agitara, que se pusiese rojo y que las manos le temblaran aún si sólo pasaba por su lado. Había algo más, algo que lo hacía suspirar, lo hacía sonreír, morderse el labio. Algo le decía que estaba enamorado de su senpai.
Quizá todo había empezado como una simple admiración. Sin dudas en un principio quería ser como él, pero luego se sintió inhibido por el sentimiento. ¡Jamás podría ser tan sensacional como Yuma~senpai! Nunca. Y fue por eso que la admiración comenzó a pasar a ser ilusión y luego amor.
En su habitación tenía una carpeta llenas de fotos de él. Eran su preciado secreto, ni siquiera su madre sabía que esta carpeta existía. ¡Sería exagerado que un niño de 15 años tuviese una carpeta llenas de fotos de un senpai! ¡Nadie debía saberlo! No, no.

Suspiró cerrando aquella carpeta antes del show de Sexy Zone. Era su primer vivo como grupo oficial y los nervios lo carcomían. Había ido al baño solo para ver sus fotos y abrazar esa carpeta de plástico como pidiéndole aliento a su senpai y que nadie lo viese hacerlo.
Alguien entró y el aferró la carpeta contra su cuerpo.

— Yu-yu-yuma~senpai —murmuró atolondradamente el menor.
—- Shori~kun —le sonrió—, quería desearte… desearles suerte —le dijo con una sonrisa enorme.
— Ah~ Arigatou senpai —le dijo con una leve sonrisa y poniéndose rojo de repente.
                        
El mayor se acercó y dejó un pequeño beso en sus labios.
— Ganbatte Shori~kun —le susurró contra ellos y se separó.

Las manos le fallaron y la carpeta cayó al suelo, dejando caer todas las fotos que el menor tenía de su senpai.

— ¡AH! —se puso aún más rojo haciéndolo reír al mayor.
— ¡Tengo un stalker! —rió el mayor recogiendo las fotos y guardándolas— Quiero una copia de esta luego, he salido bien, ne? —le mostró una foto y la guardó— Suerte Shori~kun —lo guió hasta la salida al escenario y lo empujó hacia dentro del mismo manteniendo la carpeta con sus fotos en las manos— ¡Ganbatte kudasai! —le gritó y le sonrió enormente.

El menor asintió y dio todo de sí allí. Quería acabar pronto para ir a abrazar a senpai y poder poner una foto de ambos en ese álbum.

5 de marzo de 2012

Blood Diamond Capítulo 1 [InooDai / Trishot]

: Es cortísimo D:
: Zutto ~ Kamenashi Kazuya ♥
: En el comedor :3




Nombre: Blood Diamond
Autora: Uebo Hime
Pareja: InooDai
Formato: Introducción + Trishot

 Bien, me llevó mucho pero mucho tiempo. El trabajo me saca las ganas de escribir, me agota demasiado, pero bueno lo he intentado. Sé que es corto... gomen. Pero hice lo que pude D:



BLOOD DIAMOND 
CAPITULO 01


Aquella piedra preciosa había sido su gran tesoro durante sus 20 años de vida. Aquel cristal tenía marcado su destino en el interior.
Las siglas I. K., perfectamente legibles, estaban marcadas en rojo en el interior de aquel brilloso amuleto.

Su madre se lo había colgado en su cuello al nacer. Aquella piedra parecía inmensa comparada con el cuerpo de aquel bebé. Sin embargo la criatura no parecía quejarse de llevar en su pequeño cuello semejante peso.
Años pasaron y siguió manteniéndolo colgado allí, preguntándose para qué demonios allí su madre se lo había puesto, preguntándose por qué demonios no se lo dejaba quitar, y preguntándose qué demonios significaban aquellas siglas.

Ese amuleto resguardado cerca de su corazón significaba muchas cosas, lo sabía perfectamente, pero por más que lo intentara no podía ver con claridad su significado.

Según su abuelo, aquellas siglas eran su destino. Podría ser un destino bueno o un destino malo, pero si estaba allí era porque algo que lo cambiaría iba a suceder.
Su abuela afirmaba todo aquello que su abuelo decía, sin embargo aclaraba que aquellas siglas correspondían al nombre de la persona que más amaría o que más odiaría en su vida. Todo dependía de cómo él mismo quisiera mover las fichas de su propio destino.

Destino había sido completamente incierto hasta el día en que cumplió 20 años.

Aquel día despertó con un ardor en el pecho. No supo por qué, pero sintió que aquello significaba algo. Tomó el diamante entre sus dedos y sintió su pecho arder un poco más.
Ahí fue que se dio cuenta que algo pasaría y que sin duda tenía que ver con su destino. Transpiró su nuca… eso lo ponía demasiado nervioso. Realmente le intrigaba, pero al mismo tiempo lo asustaba. Sin dudas tenía mucho miedo de lo que pudiese pasar.
Quería saber quién sería su destino. Quien sería aquel que podría amar u odiar, que podía hacerlo feliz o bien podía lastimarlo y romper su futuro por completo.

Se levantó, tomó su ropa, se dirigió al baño y se dispuso a higienizarse y cambiarse.
Cuando terminó, sonrió mirándose al espejo, aunque sabía que algo sucedería y el miedo lo carcomiese, debía sonreír para enfrentar aquel suceso que lo estaba esperando.

A las dos horas se encontraba caminando por la calle dispuesto a ir a ese trabajo de medio tiempo que había encontrado. El hecho de que fuese su cumpleaños no significaba que faltaría al trabajo. Era demasiado responsable como para preferir la diversión y el relax antes que las obligaciones aunque fuese un estúpido pensamiento para alguien de su edad.

Pero así era él, bastante sumiso, perfeccionista, responsable, tranquilo, enamoradizo y soñador. Soñaba todas las noches con encontrar a una persona que lo hiciese feliz. Muchos chicos le habían gustado, el hecho de que le atrajeran los hombres no era una novedad ni siquiera para su familia, pero la verdad era que no había estado nunca con ninguno.

Simplemente esperaba a su príncipe azul, y por eso le daba miedo aquel diamante que colgaba de su pecho. Porque… ¿sería su príncipe aquél destino? ¿O sólo sería la persona que le cagaría la existencia?

Tembló inconscientemente al llegar al trabajo. Todos rodeaban en un círculo a un chico que tenía leves ondas en el cabello, y que sonreía tan hermosamente que el corazón se le detuvo.
La sensación de ardor en su pecho se volvió más profunda, y a esto se le sumaron los desmesurados latidos que golpeaban su pecho.

Aquel ardor volvió a golpearlo con fuerza cuando este giró sus ojos hacia él. Sus compañeros de trabajo se volvieron también hacia él y uno lo tomó del hombro para acercarlo al chico de cabellera ondeada.
Tragó inconscientemente haciendo notar su nuez de Adán con más claridad, y vio como esta persona se relamía los labios con sutileza.
Eso, hizo que su corazón casi estallara y se revolviese acalorado, casi como si hubiese corrido una maratón.

— Nee~ Dai~chan —lo miró su compañero—, él es Inoo Kei —le dijo—. Será nuestro compañero… seguramente atraerá muchas chicas a la cafetería —rió suavemente y él sólo pudo asentir con una sonrisa hasta que cayó en cuenta en un muy importante detalle.

“Inoo Kei”
“Inoo Kei”
“Inoo Kei”

Apretó aquel diamante con fuerza entre sus dedos de nuevo ante la mirada de su nuevo compañero quien solo sonreía.

“I.K.”
“I.K.”
“I.K.”

Repitió en su mente.
No había dudas: Él era su destino.

 
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