: FAIL, absolutamente FAIL
: Nada e.e
: Cuello... doler.
Nombre: Umi no Hi (Día del mar)
Autora: Uebo Hime
Pareja: TakaChii
Formato: Drabble (471 palabras)
Bien, es muy fail... Demasiado, así que no se ilusionen con leer algo espectacular D: En fin, disfrútenlo si pueden y por si no saben como el título lo expresa "umi" significa "mar". Ahora sí, gracias por leer.
: Nada e.e
: Cuello... doler.
Nombre: Umi no Hi (Día del mar)
Autora: Uebo Hime
Pareja: TakaChii
Formato: Drabble (471 palabras)
Bien, es muy fail... Demasiado, así que no se ilusionen con leer algo espectacular D: En fin, disfrútenlo si pueden y por si no saben como el título lo expresa "umi" significa "mar". Ahora sí, gracias por leer.
UMI NO HI
El
color azul del mar, lo llenaba de tranquilidad. Así igual el chocar de las olas
contra la costa. El inmenso umi lo
hacía sentir tan pequeño, tan vulnerable... pero a la vez lo llenaba de paz.
El
color del mar le recordaba a él. Ese desespero por llevar a su paso todo, pero
al chocar contra la costa simplemente regresaba todo hacia él.
Él era
así, como el mar. Siempre corriendo, llevándose todo por delante, pero al chocar
contra los problemas simplemente regresaba, pidiendo ayuda, aferrándose a sus
brazos.
Supongo
que la edad del otro, tendría mucho que ver con aquello.
Adolescente,
todavía un adolescente. Le faltaban 2 para los 20 aún. Sin embargo él no era
tan diferente.
Tenía
22 sin embargo parecía un niño. Parecía ponerse a su altura.
Pero es
que quería estar allí. Siempre a su lado, tomarle la mano y... ¡Quería hacer
todo con él! Reír, llorar, bromear, soñar, sentir... amar.
Suspiró
contemplando el azulado mar.
— Yuuyan… ese día en el mar... ¿lo recuerdas?
—le preguntó con lágrimas en los ojos.
— Sí, lo recuerdo como si fuera ayer… —le sonrió
limpiando sus lágrimas— El inmenso mar nos rodeaba, caíste con una ola sobre el
arena y caí sobre ti. Nos besamos y me dijiste: “¡Por favor, sé mi novio!” —sonrió—
¿Por qué lloras por algo que es feliz? —preguntó curioso.
— Si umi-sama
algún día me arrastra hacia dentro… ¿vendrías conmigo? —dijo hipando el más
chico mientras un mechón de cabello caía de su cabeza casi enteramente, detalle
que el otro no tomó en cuenta en aquel entonces.
— Claro que sí Yuri… prometo ir donde tú
vayas —sonrió el más grande mirando el enorme mar.
Ese día
en la noche el cuerpo del menor fue arrastrado por la fría corriente de agua de
umi-sama, acabando con la pena que
tenía por aquella enfermedad que lo destruía poco a poco. Sin embargo el mayor
no lo notó hasta el día siguiente cuando se encontró el cuerpo en el medio del
mar, frío, blanco, apagado… muerto.
Se
enteró del infierno que Yuri vivía sin él saber nada, se enteró que el cáncer
lo consumía y se reprochó el no haber podido hacer nada.
Le
agradeció las sonrisas, las risas… todo aquello tan diferente a lo que lo
invadía.
No pudo
entender cómo podía mostrarle que todo estaba bien, sin que realmente se le
notara en la cara.
Unas
horas después a enterarse llegó a donde ahora se encontraba. Recordando,
llorando.
Y simplemente
se dejó llevar.
Se
adentró a ese mar calmado que lo llevaría hacia el amor.
Hacia
su amor.
— Umi-sama déjame ser como tú también… Ya
no tengo nada que arrastrar a mi paso, simplemente quiero regresar a él —murmuró
cuando el agua simplemente invadió sus pulmones y lo llevó con su pequeño amor.