Frenesí [YumaChii / Drabble]

: Gracias a Yama~chan avancé en el fic (?)
: Yokubou no Rain ~ Nakajima Kento ♥
: Con medio frío medio calor en la camita :3




Nombre: Frenesí
Autora: Uebo Hime :3
Pareja: YumaChii
Formato: Drabble (312 palabras)

Dedicado a AiAi ♥ Te adoro :3 Espero que te guste (:

FRENESÍ

Frenesí.

Esa era la palabra correcta.

Esa era la palabra correcta para describir como el menor lo besaba.

Lo besaba dejándolo con ganas de más.

Quería sentirlo. Pero todas las veces que había ocurrido, nunca llegaban a más.

No, no eran pareja.

No, no querían serlo. Simplemente se entregaban en secreto. Aunque no había nada que ocultar.

¿El deseo se había acabado?  ¿El menor ya no lo sentía tentador? ¿Se estaría aburriendo de su cuerpo?

¿Qué había cambiado?

A decir verdad, no recordaba algo que pudiese cambiar aquello. Él estaba igual que siempre, sus ganas de que lo hiciese suyo tampoco habían cambiado.

¿Entonces qué?

— ¿En qué piensas Chinen? —se separó el menor y lo miró a los ojos.

— Ah~ ¿ya no me deseas? —le preguntó mordiéndose un dedo.

— ¿Por qué dices eso? —lo miró alzando una ceja.

— Pues así lo siento.

— Ah~ no es así no te preocupes —le susurró contra sus labios—… es solo que…

— ¿Qué qué? —lo miró sin entender.

— Ven —le dijo.

— Nani? Nani? Nani?~ ¿Dónde me llevarás Yuma~chan? —le preguntó.

— Ya verás —le sonrió y tomando su mano se adentraron dentro de una gran iglesia abandonada a cuadras del parque donde se encontraban besándose.

                                   

Abrieron el gran portón de madera y caminaron con ímpetu hasta el altar.

Se miraron. Los ojos del menor brillaron.

Y le tomó la mano para besarla y luego seguir por sus brazos descubiertos debido a que era verano.

— ¿Me propondrás casamiento Yuma~chan? —rió infantilmente.

— No, te haré mío.

— ¿Aquí? —preguntó sin poder creerlo.

— Sí, quiero pecar. Quiero pecar contigo.

— Dime sucio, pero lo que dices me excita —rió mordiéndose el labio.

— Es la idea Chii, es la idea —sonrió volviendo a besarlo.

Con frenesí.

Así volvió a besarlo.

Con frenesí.

Así volvió a arrancarle gemidos.

Con aquel frenesí, logró enamorarse.

Y hasta la Virgen fue testigo.

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